Leer para ser mejor… Ser humano


Es un hecho que la lectura enriquece en muchos sentidos a una persona; sin embargo, el hábito de leer no es generalizado. En México se estima que menos del 2% de la población tiene el hábito de leer. Muchos leen por deber u obligación, ya sea para cumplir con la “tarea” o como fuente de información para su actividad laboral; pero por gusto, la proporción de personas baja considerablemente. Incluso se podría decir que el ser humano gusta de la lectura de manera natural; pero “la vida los aleja de la lectura”: Las últimas estadísticas dicen que si bien a los 10 años, el 30% de los niños lee libros para entretenerse, a los 14 años esta cifra baja a un exiguo 12%.
En México, a pesar de la baja proporción de lectores, existen iniciativas muy importantes para fomentar la lectura. Las ferias de libro realizadas en diversas ciudades son ejemplo para el mundo.

Entonces ¿por qué no se lee? Existen muchas versiones, que van desde los aspectos económicos “los libros son caros”, pasando por el efecto nocivo de la televisión, hasta el impacto que el internet ha tenido en los hábitos de lectura.

En lo personal considero que tiene que ver con la “cultura del inmediatismo”; dedicar tiempo a leer un libro implica una inversión. En general los mexicanos carecemos de la cultura del ahorro y de la inversión. Cada día es más latente el deseo de obtener resultados inmediatos, satisfacción rápida y eficaz, obtener el máximo beneficio con el menor esfuerzo.
Dedicar tiempo a leer un libro requerirá que la satisfacción se encuentre desde la primera página, que el tiempo dedicado sea corto (“los libros gruesos aburren”), que el beneficio que se obtiene de “estarlo leyendo”, justifique el tiempo para terminarlo.
Leer es importante, gratificante y enriquecedor, nos hace mejores personas, parejas, padres, hijos, hermanos, ciudadanos, trabajadores, empresarios, mejora nuestra forma de expresarnos, tanto oral como escrita. En lo personal estoy convencido que vale la pena invertir el tiempo en un libro.
El insospechado beneficio de la lectura (extracto del artículo de la revista Tendencias de Mayo de 2011)